Tomy era un perro que el día que falleció su dueña, fue hechado de su casa a golpes, deambulaba la casa triste, pero volvía a ser hechado a golpes. En la calle comenzó a buscar compañía, se acercó a negocios y a vecinos, hasta que tomó una casa como su refugio, nunca aceptó ni se adapto a volver a estar dentro de una casa, pero sí vigilaba la puerta, y acompañaba a los vecinos hasta la parada de colectivos y regresaba a su cuadra, todos extrañan a Tomy, un perro de ley podríamos decir, fiel a quienes fueron sus últimos guardianes.
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